EA Sports lanza al mundo su última entrega para la presente generación de consolas: Xbox 360 y Playstation 3 además de salir también en PC. Lejos de querer ofrecer una actualización de plantillas, la compañía arriesga y se propone nuevas y ambiciosas metas.
El género del fútbol virtual ya tiene a sus dos contendientes preparados para que el árbitro de el silbato de salida. Si la semana pasada analizamos PES 2014 justo en su salida oficial a la venta, hoy toca hacer lo mismo con FIFA 14, que saldrá en Xbox 360, PC y Playstation 3 este 26 de septiembre. La saga de fútbol de EA Sports pone el punto y final a una generación de consolas que ha sido histórica para la franquicia: discutir y arrebatar el trono de rey del fútbol virtual que tenía en sus manos su competidor. Esta nueva entrega es una demostración que EA, lejos de quererse regocijar en su sólida base establecida, tiene muchas cosas que aportar todavía al género en cuestión. De “actualización de plantillas respecto FIFA 13” nada. La saga apuesta fuerte otra vez.
FIFA lleva muchísimo tiempo entre nosotros, pero sus años más dulces –que no significa que sean los únicos buenos- empezaron hace cinco años. La compañía estuvo mucho tiempo a remolque de una manera de hacer juegos de este género que tenía encandilado a todo, o casi, el mundo. Ni el punto a favor de las licencias oficiales podía con un rival que demostraba entrega tras entrega un gran poderío. En 2008 FIFA dio un paso al frente importante y al año siguiente empezó a confirmar que no venían a ser comparsas en el mercado del fútbol virtual. La saga acabó consagrándose un año después y se ha mantenido en lo alto del reinado balompédico aprendiendo de los errores, sumando las virtudes de los demás y aportando su propia base y propuesta.
Gráficamente no quedaba mucho terreno por avanzar, pero FIFA 14 perfila aspectos como la vidilla del estadio o las animaciones y celebraciones del gol, recogiendo todo de los anteriores.
FIFA 13 consolidó una serie de cambios importantes que se habían ido incluyendo de manera progresiva. El nuevo sistema defensivo por un lado y el motor de impactos por el otro tenían algunas aristas, sobre todo en el segundo caso, cuando se implementaron por primera vez. En el juego del año pasado estaba todo perfectamente pulido, aunque no era una entrega exenta de errores y de elementos que se podrían haber mejorado. Con una consagración de todo lo visto en esta generación, las dudas sobre qué podía hacer EA con la entrega que nos ocupa crecieron. Además, el hecho de estar en una transición a la nueva generación hacía pensar que tal vez apostarían por algo conservador. Algunos retoques, modos, y hacía delante hasta FIFA 15. El tiempo ha demostrado que esto no es así para nada. Si nos olvidamos del cambio del sistema de defensa de FIFA 12, esta entrega es seguramente la que la compañía ha hecho más distinta respecto a su predecesor inmediato. Y eso ofrece cosas buenas, cosas no tan buenas y otras que tienen potencial a explotarse todavía más en el futuro.
Fútbol control
Cualquiera que haya jugado a FIFA en los últimos tiempos se hace rápidamente con los controles básicos que ofrece el título. A saber: controlamos un jugador con el analógico izquierdo, el que lleva el balón en tareas ofensivas; poder hacer sprints para aumentar nuestra velocidad; y las cuatro acciones principales divididas en disparo, pase, pase en profundidad y centros. Cada uno de ellos tiene sus propias variantes como el tiro de calidad, la vaselina, el pase con filigrana, los diversos estilos de centros (normal, medio, raso, avanzado…). Uno de los avances en este sentido ha sido el tema de los regates, que mantienen la base que vimos en la pasada entrega pero cambian en ejecución.
La relación entre el jugador y el balón es más imprecisa, y eso le da realismo y más variantes.
Volvemos a tener un gran abanico de movimientos que van desde los que pueden hacer todos con una estrella de habilidad hasta auténticas maravillas con cinco estrellas defiligranas. El gran cambio es que estos movimientos ya no precisan de dejar pulsado el botón LT/L2, sino que se realizan directamente con el analógico derecho. Si le damos un toque hacía una dirección seguimos haciendo el movimiento de autopase/tirar largo el balón, pero si hacemos los movimientos de cada filigrana, también saldrá. Esta modificación –el sistema sigue siendo algo complejo, pero para los que lo hayan aprendido ofrece grandes posibilidades- se debe principalmente a que el gatillo izquierdo ha pasado a tener una nueva funcionalidad.
Emulando a Kubala
Cubrir el balón es una herramienta que puede parecer muy secundaria en un primer momento pero que se convertirá en algo básico en este FIFA 14. Si dejamos pulsado el gatillo izquierdo cuando estamos controlando el esférico, el jugador tapará la pelota respecto al rival que más cerca tenga poniendo su cuerpo y buscando el contacto entre su espalda y el rival. La del Lobo Carrasco o Kubala en los córners, pero con muchas más opciones que la simple pérdida de tiempo en una esquina. El movimiento permite realizar diversas acciones para zafarnos del rival: aguantar en la frontal chocando con él y poder girar hacía un lado escondiendo el balón en todo momento, dar un pequeño golpe con el culo al defensor y poder hacer un pequeño hueco por el que pasar o en una carrera hombro con hombro, pulsarlo para que el jugador ponga el pie delante del contrincante y gane la posición.
Las cargas son una de las mejoras que se implementan, siendo más eficaces en defensa.
El movimiento en sí es un ejemplo de lo que EA ha querido con este FIFA: mejorar todo lo relacionado con el contacto entre jugadores (sí, es algo en lo que también Konami ha incidido este año). Las opciones son variadas como hemos visto, pero también tiene más particularidades. Por ejemplo, nos permite controlar el tiempo de partido, detener el ritmo de juego y estudiar durante un segundo hacía dónde ir mientras aguantamos. El sistema en cuestión es útil tanto en defensa como sobre todo ataque, pero no es algo que se haya implementado de manera perfecta. A la mecánica de cubrir el balón le falta algo de dinamismo, siendo a veces poco fluido y no acaba de estar bien integrado en el conjunto del juego con algunas animaciones poco naturales. Nada que no tenga una posible y evidente mejora en próximas entregas, dicho sea de paso.